La imposición de candidatos, muchas veces sin consulta ni consideración de las bases, genera descontento y desconfianza en la población, erosionando la legitimidad del sistema político y minando los principios fundamentales de la democracia.
Los partidos políticos no piensan ni siquiera en abordar este problema y hoy Morena, es un claro ejemplo de ello: se han olvidado de la transparencia, la participación ciudadana y el respeto a la autonomía de sus miembros para reconstruir la confianza en las instituciones democráticas y garantizar una representación verdaderamente legítima y auténtica.
En León, Morena ha realizado un cambio de candidatura en la carrera por la alcaldía. La decisión de la Comisión Nacional de Elecciones del partido ha dejado fuera de la contienda a Bárbara Botello hace ya unas semanas, una figura que ya había sido anunciada como la abanderada, para dar paso a Vanessa Montes de Oca, una expriista que ahora se encuentra bajo el estandarte “guinda”.
La designación de candidatos a la medida, sin un proceso transparente y participativo, alimenta la percepción de que los partidos políticos están más preocupados por satisfacer los intereses de unas pocas élites en lugar de responder a las necesidades y demandas de la ciudadanía. Este tipo de acciones socavan la confianza en el sistema político y subrayan la urgencia de reformas que promuevan una verdadera democracia interna en los partidos, donde las decisiones sean tomadas de manera transparente y participativa, en lugar de ser impuestas desde las cúpulas de poder.