La violencia política en México ha cobrado una nueva víctima con el reciente asesinato de Gisela Gaytán, candidata de Morena en Celaya, Guanajuato

El ataque armado que acabó con la vida de Gaytán ocurrió cuando se encontraba con militantes y simpatizantes de su partido en plena vía pública. Esta tragedia enluta no solo a sus familiares y amigos, sino que también sacude a todo el país, recordándonos la cruda realidad de la violencia que sigue marcando la vida política en México.

La respuesta de las autoridades ha sido de condena y promesas de justicia, pero queda la sensación de que este tipo de hechos se han vuelto lamentablemente habituales en el país. Más allá de las declaraciones de solidaridad, es urgente que se tomen medidas efectivas para garantizar la seguridad de los candidatos y la transparencia del proceso electoral. La impunidad y la falta de acciones contundentes solo alimentan el ciclo de violencia y debilitan la confianza en las instituciones.

El asesinato de Gisela Gaytán se suma a una lista cada vez más larga de aspirantes políticos que han perdido la vida en circunstancias similares, un síntoma alarmante de la crisis de seguridad que enfrenta el país. En un contexto marcado por la inseguridad y la impunidad, las autoridades deben tomar medidas efectivas para proteger la vida y la integridad de quienes participan en el proceso democrático, y se deben investigar a fondo estos crímenes para llevar a los responsables ante la justicia. La violencia política no puede convertirse en una realidad aceptada en México, y es responsabilidad de todos trabajar para erradicarla de una vez por todas.

, y que se investiguen a fondo estos crímenes para llevar a los responsables ante la justicia. La violencia política no puede convertirse en una realidad aceptada en México, y es responsabilidad de todos trabajar para erradicarla de una vez por todas.

Califica éste artículo